Salmos

jueves, 27 de agosto de 2015

No suelo ser una lectora apasionada de la Biblia, de hecho, tarde mal y nunca la agarro para leerla: su letra hiper chica y esas páginas ultra finas, me dan una sensación de eternidad que rápidamente me quitan las ganas de seguir leyendo. He intentado leer el antiguo testamento y aprenderme esas historias míticas de los primeros libros, pero rápidamente me aburro y lo cierro. 
Lo que sí trato hacer,  es leer los Evangelios diarios, porque de algún modo me dejan algo para pensar y reflexionar, y leer el Evangelio, más que pura historia (como lo es en gran parte el antiguo testamento), es la Palabra misma de Jesús, es un mensaje que viene directo hacia mí, un mensaje que se escribió hace más de 2 mil años, pero que hoy mismo tiene vigencia y es "Palabra viva". 

Pero bueno, a lo que iba, no es a lo "aburrido" que puede ser el AT o lo importante que es el Evangelio, sino que últimamente me ha gustado mucho leer los Salmos. Aún no tengo bien claro el origen de estos "cánticos" pero cuando los leo, siento deseos de tener la fe que tenía el que los escribió, me intriga, me saca de mi letargo , me descoloca y a la vez me conforta leer salmos que digan cosas como: 
3:2 Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios, 
cuántos los que se levantan contra mí! 
3:3 ¡Cuántos son los que dicen de mí: 
"Dios ya no quiere salvarlo"!
3:4 Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria, 
tú mantienes erguida mi cabeza. 
3:5 Invoco al Señor en alta voz 
y él me responde desde su santa Montaña. 
3:6 Yo me acuesto y me duermo, 
y me despierto tranquilo 
porque el Señor me sostiene.


Siento que ese Salmo por ejemplo (3), me da esperanza, me alienta a seguir adelante... me recuerda la promesa de las bienaventuranzas, porque hoy el "enemigo" no viene con una espada a cortarte la cabeza, ni te lanza a los leones en el coliseo romano. Hoy el enemigo se presenta de otra forma, el enemigo se viste bajo lo moderno, bajo el progreso, bajo un discurso de "amor", para atacar, humillar, marginar, ridiculizar y censurar a quien piense distinto... Y como cristiana, sé que estoy condenada a la persecución, pero me fortifica tanto, saber que como sea siempre tendré al Señor de mi lado! He ahí que mi corazón se tranquiliza cuando siento que nado contra la corriente en este mundo hostil a la verdad y el verdadero amor.
Hay otro salmo, el 139, que también me encanta, porque es como decir "Señor, te pertenezco desde antes de nacer, soy tu creatura", y saberme creada y amada desde siempre, me reconforta y me da fuerzas para tratar día a día de ser mejor.

Señor, tú me sondeas y me conoces,
139:2 tú sabes si me siento o me levanto; 
de lejos percibes lo que pienso, 
139:3 te das cuenta si camino o si descanso, 
y todos mis pasos te son familiares. 
139:4 Antes que la palabra esté en mi lengua, 
tú, Señor, la conoces plenamente; 
139:5 me rodeas por detrás y por delante 
y tienes puesta tu mano sobre mí; 
139:6 una ciencia tan admirable me sobrepasa: 
es tan alta que no puedo alcanzarla. 
139:7 ¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? 
¿A dónde huiré de tu presencia? 
139:8 Si subo al cielo, allí estás tú; 
si me tiendo en el Abismo, estás presente. 
139:9 Si tomara las alas de la aurora 
y fuera a habitar en los confines del mar, 
139:10 también allí me llevaría tu mano 
y me sostendría tu derecha. 
139:11 Si dijera: "¡Que me cubran las tinieblas 
y la luz sea como la noche a mi alrededor!", 
139:12 las tinieblas no serían oscuras para ti 
y la noche sería clara como el día. 
v13 Tú creaste mis entrañas, 
me plasmaste en el seno de mi madre: 
139:14 te doy gracias porque fui formado 
de manera tan admirable. 
¡Qué maravillosas son tus obras! 
Tú conocías hasta el fondo de mi alma 
139:15 y nada de mi ser se te ocultaba, 
cuando yo era formado en lo secreto, 
cuando era tejido en lo profundo de la tierra. 
139:16 Tus ojos ya veían mis acciones, 
todas ellas estaban en tu Libro; 
mis días estaban escritos y señalados, 
antes que uno solo de ellos existiera. 
139:17 ¡Qué difíciles son para mí tus designios! 
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos! 
139:18 Si me pongo a contarlos, son más que la arena; 
y si terminara de hacerlo, 
aún entonces seguiría a tu lado.