Reflexión 3

sábado, 23 de enero de 2016

A partir de la reflexión anterior:

Resulta que ahora sí que sí me miré al espejo, probándome los bikinis que me compré para las vacaciones, me encontré gorda gorda gorda, y pensé en el bochorno de andar con toda mi grasa pasándome por las playas de Cozumel. mientras las hermosas mujeres mexicanas y centroamericanas andarían tonificadas y esbeltas agraciando el paisaje caribeño. Me puse a pensar en qué medida desesperada podría tomar para bajar rápidamente unos... ¿10 kg?, pero luego de volver los pies a la tierra, recordé a todas esas clientas regordetas que llegan a comprar Sentis (el último boom de la industria farmacéutica para bajar de peso, equivalente a lo que es el Viagra a los hombres que padecen de problemillas de disfunción) y que riéndome (no en frente de ellas, claro) le tiro el comentario a mis vendedoras, que a estas alturas no lograrán nada, ja! (Sí, soy de esas QFs infames que se ríen de sus clientes, pero OJO, nunca frente a ellos y sólo cuando se lo merecen). 

Bueno, confieso que hice algo de ejercicio, empecé a subir las escaleras caminando (y no las mecanicas) y le bajé al pan (solo tortillas mexicanas con verduritas), sin embargo, estoy más que clara que con esos esfuerzos, con suerte bajaré 1 kg, así que opté por el mejor camino que pude tomar: ACEPTAR mi triste realidad, CONFORMARME con mi curvilieno cuerpo y OBSERVAR la desgracia ajena (al menos todavía puedo usar bikini y verme digna). 

Pero fuera de bromas, volvi a ponerme en la ondita de pensar lo que "pensarían otros de mi" y NOOOO importa cómo yo me sienta, y me siento bien. He encontrado ropa linda que se me ve bien, me siento bien al verme al espejo y todo eso que pensé de estar mas gorda, es verdad, pero mi angustia era por como me vería comparada con modelos, con mujeres que se alimentan de 1 luchuga al día y viven en gimnasios, tomando pastillas... Amo la comida, la buena comida y más aún si la como con buena compañía. No me puedo privar de esos pequeños placeres por convertirme en un ideal de belleza que muy pocas mujeres tienen, porque la mayoría tenemos rollitos, celulitis, estrías, granitos y cosas que no nos gustan, pero ASI SOMOS! y debemos aprender a ser felices así, cuidarnos, pero disfrutar y no achacarnos porque no somos una modelos de 1,75 mt y 55 kg de peso.

En fin, eso también pensé y ya me siento mejor, tanto, que hoy anduve de lo más bien en bikini bañándome en una piscina. 

Reflexión 2

A veces quisiera escribir con nombre y apellido, pero nuuuunca se sabe quién leerá esto algún día.

Resulta que a propósito de una "llamada", me puse a pensar en mil cosas... Me miré al espejo (en realidad no me miré, pero hice un análisis como si lo estuviera haciendo) y me puse a analizar qué tanto he cambiado estos últimos 5 años. En un principio, me encontré bacán, me vi más grande, más madura, más segura, con mayor libertad para viajar, tomar decisiones, con las cosas más claras y con la idea clara de a dónde quería que fuera mi vida. Y claro, muchas cosas han pasado en mi vida que me han llevado al punto donde estoy... Pero al rato, habló esa Daniela pesimista y negativa, o más bien esa que tiene los pies mega puestos en la tierra y pensé: Sigo igual de tímida, no he aprendido ningún idioma, no soy una mujer taaaaan de mundo como hubiese querido a estas alturas, vivo donde mismo, no he podido ahorrar nada estos años (no tengo nada "propio"), nunca practiqué el manejo (sigo siendo dependiente de otros para moverme) y me di cuenta que en verdad, soy bien "ahí no máa" (más encima, estoy como 10 kg más gorda que cuando estaba en la U). Así, como buena Daniela que soy, me bajé de mi nube y asumí eso po, que soy "ahí no má!".

A la mañana siguiente, mientras me duchaba (siempre que me levanto temprano, despierto mega racional y con todas las ideas en su lugar y sieeeempre las analizo mientras me ducho, ni antes ni después), tuve otro pensamiento o reflexión, y es que tomando las dos primeras, llegué a una tercera conclusión: Sigo siendo en esencia la misma de siempre, ¿he cambiado? -Sí; ¿Soy mejor? -Sí. Todo lo demás, que quisiera ser y tener, puede venir con el tiempo, pero no es relevante, creo que mi mayor cambio y el más importante ha sido mi vida de fe y mi seguridad adquirida gracias a mi trabajo (que por cierto creo hacer bien).

Además, me di cuenta, que si a alguien le importan más las cosas superficiales que NO tengo, es porque esa persona, no es, lo fue y nunca será para mi. Ahora, quien me valore por lo que soy y por lo que puedo llegar a ser (porque soy muuuy perfectible), es porque realmente me valora. 

Y por último, lo que piensen otros de mi, me debe valer madre (como dicen los mexicanos que tanto quiero), porque cuando yo estoy bien conmigo, lo reflejo y eso es lo que importa.

Reflexión 1

El otro día, hablando con mi hermana, que está viviendo en NZ, me decía -a propósito de varias malas experiencias en ese país (pero no necesariamente por culpa de ese país o su cultura)- que ella creía que eran señales para irse de ahí y volver a Chile a buscar a dónde irse de nuevo... En esa conversación intenté convencerla que las cosas que le habían pasado eran hechos puntuales, mala suerte, y que cuando intentas iniciar una vida en otro país, generalmente es muy duro al principio, tardas mucho tiempo en establecerte y adaptarte. Sin embargo, ella insistía en que era una SEÑAL.

Después de hablar con ella, me quedó rondando en la cabeza eso de las "señales" y llegué a la conclusión, que en la vida te pueden ocurrir cosas buenas y malas todo el tiempo y que está en uno distinguir cuáles son "Señales" y cuáles son"pruebas".

Entendí, que si veo las cosas malas como "PRUEBAS" es porque debo tomarlas y obtener de ellas algo bueno, nuevo y mejor; y que las SEÑALES, aparecen cuando debo tomar riesgos, asumir desafíos, cruzar el río. Nunca una señal aparecerá para renunciar, retroceder o rendirme, Jamas!